Yo soy educadora infantil y cuando fui diagnosticada trabajaba en una escuela infantil. Estuve allí durante 4 años y tuve que tener muy en cuenta que es un trabajo muy cansado porque practicamente estas todo el día de pie, cogiendo peso,etc.
Los dos primeros años lo lleve muy bien, no tenia cansancio y practicamente no me dio ningún brote. Pasado este trascurso me empecé a notar mas cansada y que necesitaba ayuda de mis compañeros porque había momentos que necesitaba sentarme un poco porque los niños tan pequeños dan mucho trabajo y no paran. Me empezaron a dar brotes y me tiraba una semana entera de baja porque me ponían los bolos de cortisona, recuperaba fuerzas en las piernas y con la pauta oral ya podía trabajar.
A partir de ese momento me di cuenta que era capaz de realizar mi trabajo pero que me cansaba mucho al final del día y que tenia que pedir ayuda cuando antes no lo iba echo nunca. Me costo mucho dar ese paso porque no quieres que la gente este atento a ti pero no te queda mas remedio y mas en mi profesión, que los niños no paran y había momentos que mi equilibrio fallaba.
El ultimo año que estuve en la escuela al principio bien pero me dio un brote muy fuerte y me tire casi un mes sin poder ir a trabajar, empecé a utilizar una muleta como apoyo porque me veía que no era capaz de andar sin nada. La neuróloga me indico que tendría que empezar a ponerme tratamientos para la esclerosis múltiple, que aunque no te curan, te frenan un poco las recaídas.
Empece con el Copaxone y me fue muy bien, empecé a trabajar solo que para poder ir en transporte publico me sentía mas segura ir con la muleta y luego en el trabajo la dejaba porque allí me defendia bien sin ella. Al final del curso escolar fue muy duro para mi afrontar que me despedían claramente por la enfermedad, me dijeron que no me adaptaba al trabajo, después de 4 años y siendo fija. No quise reprochar, sabiendo que era un despido improcedente, porque sabia que iba a ser perjudical para mi porque me podia dar un brote muy fuerte. Lo intentas olvidar pero sabes que ha sido muy injusto que por tu enfermedad te echen, me imagino que mucha gente se sentirá identificada conmigo.
Empece con el Copaxone y me fue muy bien, empecé a trabajar solo que para poder ir en transporte publico me sentía mas segura ir con la muleta y luego en el trabajo la dejaba porque allí me defendia bien sin ella. Al final del curso escolar fue muy duro para mi afrontar que me despedían claramente por la enfermedad, me dijeron que no me adaptaba al trabajo, después de 4 años y siendo fija. No quise reprochar, sabiendo que era un despido improcedente, porque sabia que iba a ser perjudical para mi porque me podia dar un brote muy fuerte. Lo intentas olvidar pero sabes que ha sido muy injusto que por tu enfermedad te echen, me imagino que mucha gente se sentirá identificada conmigo.
Pasado el verano y estando un poco tocada por todo lo que me iba pasado, me paso lo mejor, me llamaron de la Comunidad de Madrid para cubrir suplencias como técnico en colegios de educación especial y concertados. Estuve un año y para mi fue cuando mas fuerzas cogí y mas me di cuenta de mi enfermedad. Que a veces era egoísta por pedir tanta ayuda y quejarme cuando estaba trabajando con niños que están mucho peor que tu y siempre están con una sonrisa en la cara, que cuando me veían con la muleta se preocupaban por ti y te daban todo su cariño.
Fue un gran aprendizaje y me ayudo a no tener miedo a utilizar muletas para poder caminar ni tener que coger una silla de ruedas. Algunos de ellos nunca han sabido lo que es caminar y tu si, no puedes ser egoísta.
Fue el mejor año para mi, aunque fue sacrificado físicamente porque era mas trabajo pero lo hacia con ilusión porque los niños me aportaban todo, veía que ellos podían con todo y entonces me daba cuenta que yo también podría con todo lo que me viniera.
Después de ese año me jubile de mi profesión porque estaba ya con mucho brotes y sabia que no podía continuar con ese ritmo.
Actualmente estoy en sillas de ruedas, echo la vista atrás y me acuerdo mucho de esos niños, que eran felices con lo que tenían y sacaban fuerzas de todos lados. Me ayudan a afrontar el día a día y a sentirme menos egoísta diciendo porque me a tocado a mi esto. Nadie queremos lo que nos viene pero no nos queda otro remedio que afrontarlo.
Si os sirve de ayuda, hacer como yo, fijaros en esos niños que han nacido con problemas y que siempre tienen una sonrisa para darte y sacan fuerzas de donde no las tienen.
Vero, me ha gustado mucho mucho esta entrada, supongo que no ha sido facil para ti escribirla, muchos recuerdos...pero te ha quedado muy bien, has reflejado muy bien todo lo que pasaste, seguro que ayuda a muchos leer esto, a los que tienen problemas gordos y a los que tienen problemillas insignificantes y les dan mas importancia de la debida. ¡¡Gracias por tus palabras!!son de gran ayuda para entender muchas cosas y para afrontar lo que la vida te trae.Bss.
ResponderEliminarHola Vero, soy Sandra otra vez, he llorado con lo que pones, denotas tanta fortaleza y sencillez... una humildad que no todo el mundo la tiene cuando tiene ésta enfermedad, desde aquí te doy todo mi apoyo, todo mi corazón y muchos besotes, ya te iré siguiendo por el blog,wapa, no cambies nunca!!!
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