El 10 agosto embarcamos a las 7:00 h en avión para dirigirnos a Iquitos que es donde empieza nuestra andadura por el río Amazonas. En el avión nos encontramos con una expedición que iba a realizar un reportaje para su país sobre el Amazonas.
Una vez llegamos a Iquitos cogimos un autobús que nos llevaba hasta el Puerto de Bellavista para coger un bote fluvial y desplazarnos en él por el Río Momón donde hicimos una parada para visitar la Etnia de los Bora de San Andrés. Son una tribu que van con faldas echas por ellos con ramas, hojas, etc. Nos enseñaron su cultura con su artesanía y sus danzas donde me sacaron a bailar y pase mucha vergüenza pero una vez puesto sabes que no se va a volver a repetir.
Nos volvimos a subir a la lancha y ya cogimos el río Amazonas que estuvimos navegando en el una hora y cuarto mas o menos hasta llegar donde estaba nuestro hotel el Heliconia Amazon River Lodge que estaba a 80 km de Iquitos. El completo esta todo en un alto, vas pasando por pasarelas y todo esta hueco por debajo para que no puedan subir serpientes, lagartos, etc. El agua no es potable y tienes que coger botellas embotelladas y no comer nada que no te digan. Contaba con bulgalow individuales, una sala solo de hamacas, restaurante y en medio del completo un bar con billar y nos llamo mucho la atención que tenían el juego de la rana.
Por la tarde empezamos a realizar una ruta por la selva con el grupo y te vas quedando alucinada con las especies botánicas, las plantas medicinales o un árbol que era inmenso y que para abarcar su tronco se necesitarían mas de 30 personas. Todo el trayecto tienes que estar muy atento al suelo porque esta lleno de raíces, pisar donde pisa el guia porque puede ser fango y quedarte atrapado, pasábamos sobre troncos, etc. Para mi fue toda una superación, varias veces me caí y tampoco te podías agarrar a cualquier palo porque podía ser venenoso o se te subía algún animal como hormigas gigantes o una rana que era muy venenosa y que casi no se apreciaba porque era como una uña. Terminada la ruta nos dirigimos al hotel a descansar para luego por la noche subir en un bote y disfrutar de un atardecer amazónico y escuchando los sonidos de la selva. Te quedarías todo el rato en el bote porque te entra muchisima tranquilidad.
Al otro día antes de desayunar frutas que recolectaban de los arboles como papaya, mangos, comer yuca, etc, productos típicos de la zona, nos embarcamos en la lancha para disfrutar del amanecer y observar las aves típicas de la zona.
Posteriormente recorrimos los alrededores del hotel que era Yanamono y paramos en una casa donde realizaban aguardiente o ron de caña totalmente artesano. Por la tarde vivimos una experiencia que te da un poco de miedo porque era pescar pirañas, ver como echabas el palo con carne y todas alrededor. Nosotras tuvimos suerte y pescamos una que luego por la noche nos la comimos y nos quedamos con la dentadura. No me pensaba que podía estar tan buena. Mientras volvíamos al hotel en la lancha pude ver un delfín rosado que son típicos del Amazonas, se me saltaron las lágrimas porque soy una amante de los delfines.
Todo el resto del grupo solo tenia contratado 2 días pero nosotras teníamos una mas y el guia nos dijo que estaba a nuestra disposición para que decidiésemos que queríamos realizar o quedarnos por el hotel a descansar. Nosotras no lo pensamos y dijimos que el nos dijera y nos embarcamos en el para investigar una isla que esta en medio de Amazonas.
No pudo ser mas emocionante, empezar a abrir tu los senderos por donde pasar, estaba muy inundada y llevábamos los pies chorreando por mucho que lleváramos catuiscas. El guia nos dejaba en un lado y el se iba a investigar para abrirnos camino, nosotras nos quedamos mirando por todos lados porque solo oíamos ruidos y movimientos y daba un poco miedo. Al final del camino llegamos a una laguna inundada donde había nenúfares gigantes y vimos un caimán adentrandose en el agua. Pasamos un poquito de miedo y yo me caía en todos los lados, solo sabía tropezar con ramas.
Cuando ya volvíamos para coger la lancha sucedió algo que fue muy inesperado, vimos un oso perezoso con una cría que estaba atrapado con una rama. Lo estuvimos ayudando a salir, rompiendo el guia la rama y nosotras tirando de ella para que la zarpa del oso saliera y pudiera trepar porque si se quedaba ahí corría peligro su vida. Con mucho esfuerzo trepo y fue una experiencia sin palabras. Volvimos al hotel con una sonrisa en la cara y el cansancio desapareció.
Por la tarde nos dirigimos a ver un chaman y me hizo un ritual y fue curioso lo que me dijo: ahi algo que te preocupa y te produce ansiedad, estres y eres muy inquieta, tienes que intentar calmar tus nervios porque te ira bien. Acertó en lo que me dijo porque a mi en la selva solo se me pasaba por la cabeza la Esclerosis Múltiple y que fui capaz de realizar todo.
Al otro día se acabó el paraíso y cogimos la lancha con dirección a Iquitos donde estuvimos haciendo turismo y viendo una reserva de Mariposas y de animales exóticos.
Cogimos el avión con dirección a Lima para pasar nuestras ultimas horas en Perú porque cogíamos un avión para Nueva York por la noche.
En la siguiente entrada termino ya de hablar del viaje porque todavía no se han terminado las anécdotas.
¡¡Que guay!!; menuda aventura de viaje, la verdad que algo totalmente distinto a las vacaciones que normalmente estamos acostumbrados, lo del oso perezoso me acuerdo que me enseñaste un video, ¡que bichejo mas raro, jeje!, lo que le cuesta moverse, jaja.
ResponderEliminar